Una de las ¨costumbres¨ que utilizamos para llevar a cabo la audición de una buena cantidad de discos de grupos desconocidos, es no tomar en cuenta lo que rodea o define a la banda o artista que interpreta, sino simplemente escuchar el trabajo. Y si nos atrae, sólo entonces, rastreamos sus datos para saber de qué se trata y compartirlos en el Portal. Exceptuando, claro está, que el músico se llame Mike Oldfield. La escucha, en ese caso, es obligada, sin duda.
Al oír este álbum de M.P., nos preguntamos si en verdad no estaríamos en presencia de algún notable guitarrista español, escondido tras un nombre difícil. Porque así suena. Toda una revelación, su guitarra española nos lleva a un flamenco adornado con la electrónica de los synthes para apoyarlo y enriquecerlo, impulsado por la furia de un estilo propio. Más allá o más acá, (podrá gustarnos o no el flamenco), aquí encontramos más que eso: hay que escucharlo. Por momentos es emocionante. Una obra que, a dios gracias, no es más de lo mismo.